El
Cristo de la Buena Muerte o Cristo de Mena:Semana Santa
malagueña 2014.
Cada
Jueves Santo Málaga se echa a la calle a ver a su Cristo de Mena y
es que es tan grande la devoción y admiración por él, que no
conozco a nadie que no se emocione a su paso, que no entone el himno
al paso del cuerpo yacente custodiado por la Legión mientras estos,
desgarrados, le cantan a su Cristo de la Buena Muerte …. “ soy
un hombre a quién la suerte hirió con zarpa de fiera; soy un novio
de la muerte que va a unirse en lazo fuerte con tan leal
compañera....”. Y Málaga aplaude y llora conmovida.
Cristo de Mena por la Alameda Principal |
Traslado del Cristo de la Buena Muerta en la Iglesia de Santo Domingo |
Pedro
de Mena y Medrano, escultor e imaginero nace en Granada en el año
1628 y muere en Málaga en 1688 a la edad de 60 años. Fue un hombre
de profunda religiosidad y depurada técnica, que nos ha legado
tallas de precioso detalle y extraordinario dramatismo. Su Cristo
de la Buena Muerte
data de aproximadamente1660.
Esta
talla, también conocida como el Cristo de Mena, ha alcanzado gran
notoriedad y fervor patriótico, y es llevada en volandas por los
legionarios españoles cada Semana Santa en la ciudad de Málaga.
En
el año 1921 la Legión Española se acogía a la advocación del
Cristo de la Buena Muerte, representada por la talla de Pedro de
Mena, como su Sagrado Protector. En 1928, la Autoridad Militar
confirma al Cristo de la Buena Muerte como Protector y Patrón de la
Legión Española; y desde entonces acude cada año a participar en
el desfile procesional de Málaga.
Pedro
de Mena dispuso para su Cristo de la Buena Muerte unos brazos muy
cortos para que luciera más en la iglesia y convento de Santo
Domingo, lugar donde se guarda y muestra. Esta magnífica obra, como
tantas otras en aquella época, fue descuartizada y quemada por las
turbas el 13 de Mayo de 1931, en la conocida noche
de la quema de conventos,
terrible ola anticlerical contra los edificios e instituciones de la
iglesia católica ocurrida pocas semanas después de haberse
proclamado la Segunda República. No obstante, pudo rescatarse el
tronco deformado y guardado allí mismo; pero al cabo, la horda
reincidió contra el lugar y sus imágenes para culminar la
aniquilación.
Del
trágico suceso, y tras la barbarie, quedó la pierna izquierda que
conserva la Congregación, rescatada por Francisco Palma García,
artista antequerano, y más tarde, en el año 1941, su hijo, el
artista Francisco Palma Burgos dio forma y expresión a otro Cristo
de la Buena Muerte, inspirándose en el original destruido, que se
sigue llamando el Cristo
de Mena en
honor a Pedro de Mena.
Cambio de guardia al Cristo de Mena realizada por la Legión |
La
imagen fue restaurada en el año 2001 y hoy en día continúa siendo
el protector y patrono de la Legión, procesionando por Málaga en la
noche del Jueves Santo y siendo custodiado por la Guardia de Honor
Legionaria en la Capilla de Santo Domingo, con el estandarte del
Cristo de la Buena Muerte orlado por los Guiones de los cuatro
tercios: Gran Capitán, Duque de Alba, Don Juan de Austria y
Alejandro Farnesio.
LETRA
DEL HIMNO DE LA BUENA MUERTE
Nadie
en el Tercio sabía
quien
era aquel legionario
tan
audaz y temerario
que
a la Legión se alistó.
Nadie
sabía su historia,
más
la Legión suponía
que
un gran dolor le mordía
como
un lobo, el corazón.
Más
si alguno quién era le preguntaba
con
dolor y rudeza le contestaba:
Soy
un hombre a quien la suerte
hirió
con zarpa de fiera;
soy
un novio de la muerte
que
va a unirse en lazo fuerte
con
tal leal compañera.
Cuando
más rudo era el fuego
y
la pelea más fiera
defendiendo
su Bandera
el
legionario avanzó.
Y
sin temer al empuje
del
enemigo exaltado,
supo
morir como un bravo
y
la enseña rescató.
Y
al regar con su sangre la tierra ardiente,
murmuró
el legionario con voz doliente:
Soy
un hombre a quien la suerte
hirió
con zarpa de fiera;
soy
un novio de la muerte
que
va a unirse en lazo fuerte
con
tal leal compañera.
Cuando,
al fin le recogieron,
entre
su pecho encontraron
una
carta y un retrato
de
una divina mujer.
Y
aquella carta decía:
"...si
algún día Dios te llama
para
mi un puesto reclama
que
buscarte pronto iré".
Y
en el último beso que le enviaba
su
postrer despedida le consagraba.
Por
ir a tu lado a verte
mi
más leal compañera,
me
hice novio de la muerte,
la
estreché con lazo fuerte
y
su amor fue mi ¡Bandera!
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